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Come como un mochilero. Usa comidas que no necesiten calentarse (¡y algunas que no necesiten frío!), como frutos frescos o secos, semillas y vegetales de larga duración como las zanahorias, el repollo o los pimientos. Todos estos alimentos están disponibles sin sal, para la salud.
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2
Sé creativo con los sándwiches. Prueba todos los diferentes tipos de pan, carne, vegetales, quesos y condimentos que puedas imaginar. Frío, tostado, abierto, calentado en el microondas...
3
Explora la multitud de opciones de ensaladas. Cambia el pan por verduras y tus sándwiches pueden convertirse en ensaladas (o viceversa). Córtalo en trozos grandes o pequeños, mezcla aliños, juega con las texturas crujientes y blandas. Generalmente, cuanto más color tenga, mejor.
4
Aprovéchate de los productos que se puedan meter en el microondas y comida fresca.
5
Ve a una zona de restaurantes cuando tengas hambre. Busca comida saludable como sopas o productos naturales.
6
Ve a las tiendas que tengas cerca de casa cuando no tengas qué comer.Compra más de lo que necesites para sólo una comida, así no tendrás que ir a comprar tan a menudo.
7
Haz amigos. Puede que te inviten a su casa para cenar juntos.
8
Ve a restaurantes con amigos por diversión. No salgas sólo cuando no tengas comida. Pagarás menos por más variedad de pizza, comida china, india, etc. si pagáis a medias.
9
Compra comida para llevar. Muchos platos de la comida para llevar te valen para comer dos veces. Si la compras para llevar, no tienes que pagar al repartidor ni bebidas. ¡Eso que te ahorras!
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