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1
Enjuaga los tomates bajo el chorro de agua fría y sécalos con toallas de papel.
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2
Corta los tomates en la tabla de picar. Si estás utilizando jitomates cherry córtalos a la mitad. Deberás cortar en cuartos los tomates más grandes.
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3
Retira las semillas de los tomates grandes. Esto no es necesario pero demoran el proceso de deshidratación.
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4
Espolvorea los tomates con tu condimento o sazonador favorito, como pueden ser las hierbas frescas. La albahaca se utiliza mucho para darle sabor a los tomates secados al sol. Revuelve los tomates para que queden bien impregnados del sazonador.
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5
Pon los tomates a secar al sol.
- Encuentra un área que tenga sol la mayor parte del día. Elige un día en verdad caluroso. Para mejores resultados, la temperatura debe estar alrededor de los 90ºF con una humedad menor al 60%.
- Utiliza una pantalla, ya sea que esté hecha para deshidratar o sea una pantalla vieja de una puerta o ventana y que además esté limpia ya que ahí colocarás los tomates. Pon la pantalla encima de una mesa sobre algunas tablas o ladrillos de modo que el aire circule por debajo.
- Coloca los tomates sobre la reja con la piel hacia abajo y acomódalos de modo que haya espacio entre los tomates. Un deshidratado adecuado requiere que el aire fluya alrededor de cada pieza de tomate.
- Cubre los tomates con tela manta de cielo pero que no los toque, esto ayudará a mantener a los bichos y pájaros fuera de tus tomates, así como a cualquier basurita que pueda caer de algún árbol. Utiliza ladrillos o pedazos de madera de modo que sostengan la manta lo suficientemente alto para que no toque los tomates y coloca mas ladrillos o tablas para asegurarla y que no se vuele con el aire.
- Revisa de vez en cuando los tomates. Esto puede llevarse de 1 día total de sol hasta 2 semanas para una deshidratación total. Asegúrate de guardarlos en la noche. Cuando el sol se pone los niveles de humedad se elevan y no te gustará que los tomates se cubran del rocío nocturno.
- Los tomates están deshidratados por completo cuando tienen la textura de cuero y dejan de estar pegajosos. No te excedas al secarlos ya que pueden volverse quebradizos. Los tomates resultantes tendrán un color mucho más oscuro que cuando estaban frescos.
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6
Deshidrata tus tomates en el horno.
- Calienta el horno a 150ºF. En horno requiere estar a la temperatura más baja cuando lo utilizas para deshidratar. Si está a una temperatura mayor, deja un poco abierta la puerta para deshacerte del exceso de temperatura.
- Acomoda los tomates ya cortados en una charola de hornear con espacio suficiente para que no se toquen entre ellos. Deberás voltearlos y revolverlos constantemente durante todo el proceso ya que no hay aire circulando dentro del horno.
- Caliéntalos en el horno por unas 6 a 12 horas hasta que los tomates tengan una consistencia de cuero y no estén pegajosos.
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7
Guarda los tomates deshidratados en una bolsa de plástico o un tarro de vidrio. Guárdalos lo más apretado posible de modo que quede la menor cantidad de aire adentro. Guárdalos en un lugar frío y oscuro, o en el refrigerador o en el congelador.
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